Entiende por qué crear y aplicar un flujo de trabajo lógico, eficiente y bien estructurado es clave para marcar la diferencia en tu carrera cómo retocador digital y fotógrafo profesional.
En el mundo del retoque digital, un buen flujo de trabajo no es solo una cuestión de organización: es una herramienta esencial para optimizar tu tiempo, garantizar resultados consistentes y, en última instancia, aumentar tus ingresos.
Si trabajas en proyectos de fotografía, sabes lo importante que es mantener un estándar de calidad mientras cumples con plazos ajustados. Un flujo de trabajo lógico y adaptable no solo simplifica el proceso, sino que también te permite manejar cualquier tipo de retoque de manera eficiente, maximizando tu productividad y el valor de tu trabajo.
Vamos a ver cómo crear un flujo de trabajo sólido en Photoshop, o cualquier otro software de edición, que te ayude a alcanzar estos objetivos, sin importar si estás empezando o ya tienes experiencia en el retoque digital.
Índice de Contenidos
- Qué es un Flujo de Trabajo y por qué es tan importante?
- Las claves de un Flujo de Trabajo bien estructurado
- Adaptar el Flujo de Trabajo a diferentes proyectos y estilos
- Herramientas para optimizar tu Flujo de Trabajo
- Cómo un buen Flujo de Trabajo aumenta tu rentabilidad
¿QUÉ ES UN FLUJO DE TRABAJO Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?
De forma sencilla, un flujo de trabajo se define como una serie de pasos a seguir para llevar a cabo tus retoques digitales de manera lógica y eficiente, desde la importación de imágenes hasta su exportación final.
Este proceso es clave porque te ayuda a optimizar el tiempo dedicado a cada proyecto, minimizar errores, mantener la calidad de tu trabajo, y garantizar resultados consistentes y coherentes, independientemente del tipo de retoque que realices.
LAS CLAVES DE UN FLUJO DE TRABAJO BIEN ESTRUCTURADO
Lo primero, aunque suene duro: olvídate de los aires de artista y de la idea de que puedes ir por libre. Retocar significa ser un artesano, seguir procedimientos estructurados y fiables, y obtener resultados consistentes. Siempre. Y en el menor tiempo posible. En este caso, la creatividad pasa a un segundo plano frente a la eficiencia y la optimización del tiempo, porque eso es lo que demanda la industria.
Lo segundo, que también puede incomodar: deja de seguir ciegamente a todos esos gurús del retoque que encuentras por Instagram, TikTok, etc. Aunque es cierto que pueden enseñarte técnicas útiles y aclarar conceptos (lo cual está genial), el retoque profesional es otra historia. Exige otros ritmos, otras prioridades y un enfoque completamente distinto.
Por último, recuerda que los programas de retoque digital funcionan basándose en fórmulas matemáticas. Dicho de otra forma: el orden de los pasos importa, y mucho.
Ahora, pasando a lo práctico, te comparto el flujo de trabajo que utilizo para casi cualquier tipo de retoque:
- Revelado en Lightroom
- Importación a Photoshop
- Composites y/o Montajes: Combinación de exposiciones, integración de diferentes imágenes, etc.
- Limpieza: Eliminación de todos los elementos no deseados en la imagen.
- Luz: Ajustes relacionados con la iluminación, como pueden ser curvas, niveles, o positivados.
- Color: Modificaciones relacionadas con el color, como intensidad, color selectivo, tono, saturación, pintado, etc.
- Ajustes Finales: Ajustes finales como contraste, blancos, o cualquier detalle pendiente.
- Encuadre: Reencuadre final, si es necesario.
- Salida: Exportar la imagen según los requisitos del proyecto.
ADAPTAR EL FLUJO DE TRABAJO A DIFERENTES PROYECTOS Y ESTILOS
El flujo de trabajo sugerido en el punto anterior te permitirá trabajar de manera no destructiva, lo que significa que podrás volver a hacer ajustes en cualquier etapa sin complicaciones, si es necesario. Además, este enfoque es lo suficientemente flexible como para adaptarse a cualquier tipo de imagen con variaciones mínimas.
Por ejemplo, si estás trabajando en proyectos de fotografía inmobiliaria o de interiores, puede haber quienes prefieran realizar la Limpieza (Punto 4) justo antes del Encuadre (Punto 8).
Otro caso, por ejemplo, podría ser cuando necesitas entregar diferentes opciones de una escena con personajes. En ese caso, podrías elegir montar las imágenes justo antes de los ajustes finales, en lugar de hacerlo al principio del trabajo de retoque. Personalmente, no es mi método preferido, pero sé que muchos compañeros trabajan de esta manera y les resulta efectivo.
En resumen, el flujo de trabajo propuesto funciona como un guión que te ayuda a minimizar errores, obtener imágenes coherentes, ahorrar tiempo y trabajar de manera lógica. Además, si colaboras con un equipo, seguir un mismo flujo de trabajo asegura que cualquier persona pueda retomar el proyecto en cualquier momento sin comprometer el resultado final.
Eso sí, hay una «regla» que nunca deberías romper: no inviertas los pasos de Luz (Punto 5) y Color (Punto 6). La razón es sencilla: el color depende de la luz, no al revés. Si cambias este orden, te será mucho más difícil mantener la consistencia en un conjunto de imágenes y el proceso se volverá innecesariamente complicado.
Con todo esto en mente, aplica este flujo de trabajo en tu día a día y notarás la diferencia en tu eficiencia y en la calidad de tus resultados.
HERRAMIENTAS Y MÉTODOS PARA AGILIZAR TU FLUJO DE TRABAJO
Un flujo de trabajo eficiente no solo depende de la forma en que estructures tus pasos, sino también de las herramientas y métodos que uses. Cómo vimos, yo suelo utilizar Lightroom y Photoshop, aunque muy a menudo, sobre todo en proyectos de moda y publicidad, prefiero apoyarme en Capture One (lo veremos en otro post).
De todos modos, uses el programa de edición que uses, hay herramientas y automatizaciones que pueden ayudarte a agilizar aún más tu flujo de trabajo.
Por ejemplo, si tomamos como referencia Photoshop, las acciones son una forma excelente de ahorrar tiempo. Puedes grabar tareas repetitivas como aplicar ajustes de luz o color, y ejecutarlas en un solo clic. Sin ir más allá, pueden ser útiles:
- Acciones para suavizar la piel de retratos.
- Acciones para aplicar efectos de color específicos o ajustes de contraste.
- Acciones para preparar imágenes para web o impresión.
En Lightroom, todos habrán utilizado algún preset de importación que aplica ajustes básicos automáticamente a todas tus fotos. Si bien los presets se han vendido como la solución definitiva para todo y todos, en realidad hay que ser bien consciente de cómo funcionan y dónde puedes aplicarlos. De lo contrario, poco van a servir. Aun así, te pueden ayudar en:
- Dar cierto estilo a tu fotografía: Ajustes de color, tono y contraste que se aplican de forma consistente a todas las imágenes de un proyecto.
- Correcciones iniciales: Configura un preset para ajustes básicos como exposición, claridad y reducción de ruido.
CÓMO UN BUEN FLUJO DE TRABAJO AUMENTA TU RENTABILIDAD
A estas alturas, ya está claro: un buen flujo de trabajo no solo mejora cómo trabajas, también impacta directamente en tus ingresos. ¿Por qué? Porque te ayuda a ahorrar tiempo, evitando tareas repetitivas y errores que luego tendrías que corregir. Ese tiempo extra lo puedes usar para aceptar más proyectos o dedicarte a captar nuevos clientes.
Además, garantiza resultados consistentes y profesionales, algo que ayuda a fidelizar a los clientes. Cuando saben que pueden confiar en la calidad y la consistencia de tu trabajo, es más probable que vuelvan a contratarte o te recomienden. Y si alguna vez necesitas trabajar con un equipo o delegar tareas, un flujo bien organizado asegura que todo se mantenga bajo control y con el mismo nivel de calidad.
En resumen, trabajar con un flujo claro y eficiente no solo facilita tu día a día, sino que hace crecer tu negocio.